Posted on

Last Updated on abril 8, 2021 by Elizabeth Minda-Aluisa


Este artículo fue publicado originalmente en Revista Microbios Digital.


Las enfermedades de origen animal son aquellas enfermedades cuyo agente causal tuvo como hospedador un animal y posteriormente al hombre. Estas enfermedades son también conocidas como zoonosis, es decir, aquellas enfermedades e infecciones que se transmiten de forma natural entre los animales vertebrados y el hombre o viceversa.

En la gran mayoría de zoonosis los animales transmiten la enfermedad al hombre, por ejemplo, la brucelosis (Brucella spp.) que es una enfermedad zoonótica cuyo hospedador principal es el animal, en el Ecuador el bovino. Pero existen enfermedades que el hombre puede transmitir al animal, por ejemplo, la tuberculosis humana (Mycobacterium tuberculosis). En otras zoonosis, como la teniasis/cisticercosis, el hombre es el hospedero final del agente causal pero el hospedero intermediario es cerdo y así el parásito (Taenia solium) cumple su ciclo de vida. También hay enfermedades zoonóticas donde está involucrado un vector, que es el vehículo del microorganismo hacia el humano, por ejemplo, el dengue donde el vector es el mosquito hembra del género Aedes.

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) el 60% de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas y un dato preocupante es que cinco nuevas enfermedades humanas aparecen cada año, tres de las cuales son de origen animal.

Un gran salto: el spillover

Estas enfermedades de origen animal involucran un “salto” del patógeno de animales a humanos. Este evento es conocido como desbordamiento o ‘spillover’ (término en inglés). En un principio los animales son portadores del agente causal (reservorios), es decir, que no se produce la enfermedad en ellos, sin embargo, en el momento en el que el microorganismo “salta” al humano la enfermedad se manifiesta y la transmisión humano a humano se presenta, ahí se muestra completamente el ‘spillover’.

Son varios los factores que se requieren para que el desbordamiento se produzca, pero la evidencia nos indica que el factor más determinante son las actividades antropogénicas. La deforestación, la expansión de la población humana en zonas selváticas, la aparición de mercados informales, el tráfico y consumo de animales silvestres, entre otras, son las causas del por qué las enfermedades zoonóticas seguirán apareciendo. Otros factores considerados en el ‘spillover’ son la presencia de reservorios y la dinámica ecológica de la infección, la supervivencia y diseminación del patógeno fuera de los reservorios, los factores bilógicos del hospedador, entre otros.

Todos esos factores, en suma, han llevado a la aparición en los últimos años de epidemias de enfermedades zoonóticas emergentes: SARS o Síndrome Respiratorio Agudo y Severo que se presentó en 2003 y cuyo animal involucrado fue la civeta, MERS o Síndrome respiratorio de Oriente Medio que apareció en 2012 y el animal involucrado fue el camello, y en la actualidad la COVID-19. En el caso de la COVID-19 los animales que, en principio, fueron relacionados a esta enfermedad fueron los murciélagos y esto se debió a que encontraron un coronavirus genéticamente similar al SARS-CoV-2, que es el virus que produce la COVID-19.

¿Qué podemos hacer?

Si la probabilidad de ocurrencia de un ‘spillover’, en la actualidad, es alta la pregunta es ¿Qué podemos hacer? Una de las estrategias es identificar al agente causal de la enfermedad y eliminarlo en su fuente animal, sin embargo, esto no es fácil pues los patógenos que se encuentran en reservorios animales se modifican o evolucionan para adaptarse al hospedador humano, y es ahí cuando se vuelven “invisibles”, pues al ser genéticamente diferentes es más complicado encontrarlos en su hospedador animal original. Por ejemplo, en un estudio del viroma (conjunto de genomas de virus) del murciélago encontraron 55 virus distintos, uno de ellos (bat CoV) con una identidad superior al 96% a SARS-CoV-2 lo que indica una modificación genética hacia su hospedador humano, pero no existe evidencia de que esté circulando en vida silvestre; por lo tanto debemos buscar otras soluciones…

One Health

Está claro que si se entienden las interacciones ambiente-humano-animal se podrá dar soluciones más eficaces a los desbordamientos. Esto es lo que se conoce como «One Health, Una Sola Salud» es decir, identificar diferentes actores dentro de los campos de la Sanidad Animal, Salud Humana y Medio Ambiente (interdisciplinaridad) y en conjunto generar políticas a nivel local, regional y mundial; para así minimizar los impactos de las enfermedades zoonóticas.

Fuente Microbios Digital

Elizabeth Minda-Aluisa