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Last Updated on mayo 13, 2024 by Elizabeth Minda-Aluisa


A pesar que fue descrita por primera vez en 1975, es recién en 1992 cuando la fibromialgia fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y catalogada en el Manual de Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-10) con el código M79.0, antes de esa fecha no se la consideraba enfermedad, es más muchos pensaban que solo estaba en la mente de las personas que la padecían.

La palabra fibromialgia procede del latín fibra, que se refiere al tejido fibroso (el que se encarga de unir los demás tejidos entre sí), y del griego mio (músculo) y algia (dolor).

Por consiguiente, la fibromialgia es un síndrome reumático que se manifiesta con dolor crónico generalizado, sin afectar las articulaciones de manera específica, y con una intensidad elevada y ubicación imprecisa. Esta condición afecta los músculos y se caracteriza por una sensibilidad exagerada en múltiples puntos definidos, a pesar de que no se evidencien alteraciones orgánicas demostrables.

Los pacientes con esta patología presentan con frecuencia una hipersensibilidad al dolor que se manifiesta por la aparición de una sensación dolorosa a la presión en múltiples sitios del aparato locomotor. Además del dolor, otros síntomas, como fatiga intensa, alteraciones del sueño, parestesias en extremidades, depresión, ansiedad, rigidez articular, cefaleas y sensación de tumefacción en manos, se encuentran entre las manifestaciones clínicas más comunes.

Causas Probables

No se conoce la causa de esta alteración, pero se cree que son varios los factores implicados, por ejemplo, se ha evidenciado que los pacientes que tienen un familiar en primer grado con esta patología, tienen una probabilidad ocho veces mayor de desarrollar fibromialgia. En ocasiones, hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa aparente y en otros casos la afección comienza después de procesos como una infección bacteriana o viral (p. ej. Enfermedad de Lyme) o un evento traumático como un accidente de automóvil.

También se ha observado que la fibromialgia puede manifestarse como un síntoma adicional en el contexto de otras enfermedades, especialmente de naturaleza reumática, que comprometen significativamente la calidad de vida, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, y la espondilitis anquilosante, entre otras. Estos factores desencadenantes no necesariamente causan la fibromialgia, sino que parecen activar algún tipo de anormalidad preexistente en el organismo.

Cabe considerar que, con los avances en investigación, la fibromialgia, a menudo denominada “enfermedad invisible”, está siendo estudiada con técnicas como la resonancia magnética funcional. Este enfoque ha revelado la activación de múltiples áreas cerebrales en pacientes con la enfermedad, que no se observan en individuos sanos, lo que puede indicar la presencia de un proceso de neuroinflamación. Encontrar un biomarcador a partir de las moléculas implicadas en esta neuroinflamación es de vital importancia, ya que la ésta es una respuesta del cerebro al dolor, infección, lesión o enfermedad. Estos hallazgos podrían ayudar a mejorar la comprensión y el tratamiento de la fibromialgia.

Puntos dolorosos en la fibromialgia

Estadísticas

La fibromialgia es uno de los trastornos reumatológicos más comunes, superado únicamente por la osteoartritis. Se estima que afecta a entre un 2% y un 8% de la población, aunque varios estudios epidemiológicos sugieren que la prevalencia puede ser aún mayor. De hecho, se estima que al menos 1 de cada 40 personas en todo el mundo podría padecer esta enfermedad.

Aunque la mayor parte de los pacientes diagnosticados tienen entre 45 y 50 años, también puede darse en personas más jóvenes, desde los 20 o 30 años, incluso niños.

En cuanto al género, se estima que los varones tienen una prevalencia del 0,2%, frente a un 4,2% en las mujeres, lo que supone que es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, cuando afecta a la población infantil y juvenil, la prevalencia según género no es clara.

¿Qué debemos saber? ¿Qué podemos hacer?

La rigidez y el dolor asociados a la fibromialgia pueden empeorar debido a diversos factores, como el entorno ambiental, el estrés emocional, la falta de sueño, lesiones, exposición a la humedad o al frío, o comentarios negativos de médicos, familiares o amigos que sugieran que la enfermedad es solo “imaginaría”. Actualmente, no existen pruebas de laboratorio, análisis clínicos o imágenes médicas que confirmen o descarten el diagnóstico de fibromialgia. En su lugar, se realiza una evaluación clínica basada en un cuestionario para evaluar los síntomas del paciente y descartar otras posibles condiciones médicas. Lamentablemente, el reconocimiento de esta enfermedad puede retrasarse en promedio hasta 6 años.

En efecto, la fibromialgia es una enfermedad que puede ser incapacitante, por tal motivo es de suma importancia hacer énfasis en la educación del personal de la salud para comprender los posibles mecanismos biológicos y neuroquímicos subyacentes, incluidos los cambios en la sensibilidad al dolor, la función del sistema nervioso central y la respuesta inmunológica y por supuesto la educación de la población general para que haya más comprensión de la patología a nivel de los factores emocionales y cognitivos y así poder tomar medidas terapéuticas adecuadas y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

Desde 1993, cada 12 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Fibromialgia para conmemorar el nacimiento de la enfermera británica Florence Nightingale, quien quedó postrada por esta enfermedad y el objetivo es visibilizar esta patología, ya que es importante concienciar a las personas sobre la gran problemática que envuelven a las “discapacidades invisibles“.

Es importante tomar en cuenta que la fibromialgia es una enfermedad real que afecta a millones de personas en todo el mundo. Las personas que la padecemos no estamos imaginándola o exagerando su dolor. La falta de comprensión y aceptación de la existencia de la fibromialgia por parte de médicos, amigos o familiares puede empeorar los síntomas y reducir la calidad de vida de quienes la padecen. Por lo tanto, es crucial que se eduque a la sociedad sobre esta enfermedad y se brinde mayor apoyo y comprensión a aquellos que la sufren. Juntos, podemos trabajar para fomentar la conciencia y el respeto por las personas con fibromialgia, y ayudar a mejorar su calidad de vida.

Fibromyalgia. Nature Reviews Disease Primers

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Elizabeth Minda-Aluisa