Posted on

Last Updated on octubre 4, 2023 by Elizabeth Minda-Aluisa


El día lunes pasado (2 de octubre 2023) comenzaron las grandes noticias sobre los ganadores de los Premios Nobel y es así como se dio a conocer que la bioquímica húngara Katalin Karikó y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman fueron los galardonados en la categoría Nobel de Fisiología o Medicina por el desarrollo de la vacuna basada en ARN mensajero (ARNm), que luego dio paso a la utilizada a nivel mundial contra la covid-19.

Katalin Karikó trabajó en este revolucionario tema durante 40 años, donde conoció a Drew Weissman, un inmunólogo de la Universidad de Pensilvania, con el cual emprendió este camino que marcaró un antes y un después, en el entendimiento de cómo actúa el ARNm con nuestro sistema inmunitario y, por tanto, de las vacunas de última generación.

Fuente: Niklas Elmehed © Nobel Prize Outreach

Katalin y Drew publicaron sus resultados en un artículo científico en 2005 en la prestigiosa Revista Immunity. Al inicio, esta propuesta de utilizar ARNm modificado, no tuvo mucho entusiasmo a nivel científico ni empresarial, de hecho, ellos no lograron conseguir financiamiento para continuar estudios en esta línea. Sin embargo, hoy en día sabemos, que este trabajo pionero y revolucionario, sentó las bases para que empresas como Moderna o Pfizer/BioNTech desarrollaran la vacuna que se utilizó durante la pandemia de SARS-CoV-2.

Se considera al ADN como la “molécula de la vida” ¿podríamos decir lo mismo del ARN?

Si bien es cierto, el ADN (ácido desoxirribonucleico) es primordial en el contexto de la vida al igual que las proteínas, no debemos olvidar que el ARN (ácido ribonucleico) es el intermediario en el flujo de información genética, en lo que se denomina el dogma central de la biología molecular: ADN→ARN→Proteínas, además que es la molécula más antigua y que, investigaciones indican que eventualmente, tendría capacidad de “autorreproducirse” en condiciones ambientales apropiadas.

Tanto el ADN como el ARN son ácidos nucleicos que manejan un lenguaje de cuatro letras, es decir, las cuatro bases nitrogenadas (A, G, T/U, C) y algunas diferencias entre ellos es, por ejemplo, que el ADN es de doble cadena, y por ende más estable, en contraste con el ARN, que está constituido por una simple cadena cuya característica es su inestabilidad.

Debemos saber también que el ARN interviene en el proceso de transcripción de información genética, es decir, copia la información desde el ADN en forma ARNm, como el usado en las vacunas. También está presente en el proceso de traducción de proteínas en forma de ARN ribosomal (ARNr), y por supuesto en el proceso de decodificación de la información con el ARN de transferencia (ARNt) y claro todo este flujo de información genética está regulado por unas moléculas pequeñas moléculas de ARN denominadas microARN (miRNA).

De igual manera, debemos saber que, en la naturaleza, existen microorganismos que, si bien es cierto, no se los considera auténticos seres vivos, tienen en su material genético al ARN. Este es el caso de muchas familias de virus (como los virus de la influenza o los coronavirus). Así también existen agentes infecciosos, compuestos de ARN, que representan una forma extrema de parasitismo: los viroides.

¿Sabías qué?… En resumen…

Definitivamente el ARN es una molécula imprescindible para la vida.

Durante muchos años, la comunidad científica comenzó a estudiar al ARN para implementarlo como vacunas o con fines terapéuticos, pero la inestabilidad que presentaba esta biomolécula, originó obstáculos en las investigaciones y muchos detuvieron sus estudios en este ámbito.

Claramente, no fue el caso de Karikó y Weissman, quienes siguieron con sus investigaciones y revolucionaron el mundo científico, con la implementación de la técnica de ARNm implementado en las vacunas. Es así como, todas las investigaciones con el ARN, como la terapia con esta molécula, está avanzando y evolucionando con la idea de ayudar a las personas que, por ejemplo, tienen enfermedades “raras”, abriendo un abanico de posibilidades nuevas para atacar patologías consideradas antes como intratables.

Asimismo, es importante reconocer que, después del anuncio de la Real Academia Sueca de Ciencias, el Instituto Karolinska y el Comité Noruego del Nobel nombrando a Katalin Karikó como una de las ganadoras del Nobel de Fisiología o Medicina 2023, con ella, son más de 60 las mujeres que han sido premiadas en las diferentes categorías de los premios Nobel.

En el año 1901 se inició la entrega de los primeros premios Nobel y dos años más tarde, en 1903, la primera mujer pronunciaba el discurso de agradecimiento tras la recepción del galardón, ella fue Marie Curie (además la única mujer en recibir dos galardones).

Hay un camino muy largo por recorrer en cuanto a la paridad de género, pero es claro que las mujeres científicas, como Katalin Karikó, están rompiendo esas barreras. No confiaban en su idea, pero no hay duda que salvó a millones de personas durante la pandemia de la covid-19.


Enlaces:

  1. Premio Nobel para la “molécula de la vida” que ha puesto contra las cuerdas a la covid-19. The Conversation.
  2. ¿Sabemos cómo comenzó la vida en la Tierra?. The Conversation.
  3. El ARN está de moda… desde hace 3 800 millones de años. The Conversation.
  4. Todas las mujeres que han ganado el Premio Nobel. National Geographic.
  5. Rock, scissors, paper: How RNA structure informs function. (Assmann et al., 2023).
  6. 60 years ago, Francis Crick changed the logic of biology. (Cobb, 2017).

Elizabeth Minda-Aluisa