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Last Updated on abril 20, 2021 by Elizabeth Minda-Aluisa


La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. 

Las infecciones, que hace muchos años causaron la muerte de millones de personas, ahora se pueden tratar gracias al uso de antibióticos y como resultado se ha mejorado tanto la salud humana, como el animal. El buen uso de estos medicamentos constituye un componente clave de las políticas, para mejorar el bienestar de humanos y animales, así como la inocuidad y seguridad de los alimentos.

No obstante, una preocupación mundial que está creciendo en los últimos años, es la resistencia a estos antibióticos pues la disponibilidad y el uso de estos medicamentos antimicrobianos han transformado la práctica de la medicina humana y veterinaria.

Esta resistencia a los antimicrobianos (RAM) pone en peligro el objetivo 3 (Salud y Bienestar) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se centra en garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

Pero ¿qué es la resistencia a los antibióticos?

La RAM es el término más amplio para la resistencia de diferentes tipos de microorganismos y abarca la resistencia a los medicamentos antibacterianos, antivirales, antiparasitarios y fungicidas.

También conocida como farmacorresistencia, se produce cuando los microorganismos (bacterias, virus, hongos o parásitos) sufren cambios genéticos que hacen que los medicamentos utilizados para curar las infecciones dejen de ser eficaces. En otras palabras, estos cambios en el ADN de los microorganismos hacen a las infecciones persisten en el organismo, lo que incrementa el riesgo de propagación a otras personas o animales.

Son varios los mecanismos que utilizan los microorganismos para generar la resistencia y eso se debe a que tienen una gran plasticidad genética para responder a un amplio rango de amenazas ambientales, además que siempre han compartido el mismo nicho ecológico las bacterias y los hongos, por ejemplo, (de donde se originan muchos agentes antimicrobianos), de ahí que la resistencia a estos compuestos por parte de las bacterias, resulta proceso evolutivo natural.

Sin embargo, sabemos hoy que, a pesar de ser un mecanismo natural, son factores antropogénicos los que han llevado a que esta resistencia antimicrobiana se convierta en un problema de salud pública mundial.

Problemática Mundial

El problema más grande que se presenta con la antibiótico resistencia es la amenaza a la capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes, lo que resulta en enfermedades prolongadas, discapacidad e incluso la muerte, ya sea de humanos como de animales con enfermedades anteriormente comunes y fáciles de tratar.

En abril de 2015, la OMS publicó un análisis de la situación de los países de todo el mundo, respecto de la respuesta a la resistencia a los antimicrobianos. El informe llamado ‘Worldwide Country Situation Analysis: Response to Antimicrobial Resistance’ evidenció que, pese a la realización de numerosas actividades, con el objetivo de minimizar la resistencia, y de la disposición de los gobiernos a hacer frente al problema, existen importantes lagunas en las medidas que es preciso adoptar en las seis regiones de la OMS.

Es especialmente alarmante la rápida propagación mundial de bacterias multirresistentes y panresistentes (denominadas también «superbacterias») que provocan infecciones que no pueden tratarse con los medicamentos. En los últimos años, el uso y abuso de los antimicrobianos ha incrementado el número y los tipos de microorganismo resistentes. Desde 2010, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) junto con la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la llamada Alianza Tripartita, establecieron las responsabilidades respectivas de estas tres organizaciones, dentro de la lucha contra las enfermedades de gran impacto sanitario y económico, aplicación del concepto «Una sola salud» con la finalidad de establecer entre otras cosas, puntos claves para el control de RAM.

Situación actual de la Farmacorresistencia

En bases de datos científicas como Pubmed podemos encontrar más de 216 mil artículos científicos relacionados a esta problemática. Las infecciones urinarias, la septicemia, las infecciones de transmisión sexual y algunas formas de diarrea son las afecciones humanas, donde más se ha observado tasas elevadas de resistencia a los antibióticos.

Por ejemplo, según datos del Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y de su Uso (GLASS) de la OMS, la tasa de resistencia de ciprofloxacina, un antibiótico utilizado habitualmente para tratar infecciones urinarias, oscila desde el 8,4% al 92,9% para Escherichia coli y del 4,1% al 79,4% para Klebsiella pneumoniae.

De la misma forma, la resistencia de E. coli a las fluoroquinolonas, está muy generalizada y se observa en muchas partes del mundo, como el tratamiento es ineficaz en más de la mitad de los pacientes.

Otras bacterias en las que también se presentan resistencia, son por ejemplo Neisseria gonorrhoeae, donde las sulfamidas, las penicilinas, las tetraciclinas, los macrólidos, las fluoroquinolonas y las cefalosporinas de generaciones temprana, casi no tienen eficacia en los pacientes, comprometiendo el tratamiento y control de la gonorrea.

Mycobacterium spp., el bacilo causante de la tuberculosis en humanos y animales, tampoco escapa de esta realidad. Los trabajos que señalan la resistencia de este microorganismo, a diferentes drogas utilizadas clásicamente para su tratamiento, son muy amplios y diversos, originando problemas para el control de la epidemia mundial por tuberculosis.

Este fenómeno se puede observar de igual manera en algunos virus, por ejemplo, la presencia de cepas VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) farmacorresistentes, puede superar el 10% entre adultos que inician un tratamiento de primera línea en países de África, Asia y América Latina.

También podemos encontrar parásitos farmacorresistentes, como Plasmodium falciparum (agente causal del paludismo), que constituyen una de las mayores amenazas para el control antipalúdico y provoca un aumento de la morbilidad y mortalidad por esta enfermedad. De igual manera, la prevalencia de las infecciones fúngicas farmacorresistentes va en aumento y empeora una situación terapéutica ya difícil, por ejemplo, la farmacorresistencia de Candida auris, una levadura frecuentemente encontrada en hospitales y residencias de ancianos, ocasionando infecciones graves en individuos inmunocomprometidos.

Resistencia a los antimicrobianos: perspectiva veterinaria

Son muchos los factores que conllevan a la generación y permanencia de la resistencia antibiótica, uno de ellos, el uso indiscriminado de estos medicamentos por parte de la industria veterinaria.

Ejemplo de esto, es el uso profiláctico de antimicrobianos, en las crías de aves y cerdos, donde de manera cotidiana se aplican antibióticos con el alimento de los animales, costumbre que ha ido perdiendo terreno por sus lamentables consecuencias. No obstante, la quimioterapia antimicrobiana sigue siendo de vital importancia para tratar y, en algunos casos, prevenir enfermedades bacterianas. El problema radica cuando se usan de manera indiscriminada y sin ningún criterio técnico real.

Es así como los veterinarios, auxiliares de veterinaria, ingenieros agropecuarios, entre otros, desempeñan un papel clave en este ámbito, reglamentando y supervisando del uso de los agentes antimicrobianos y el asesoramiento profesional adecuado sobre la utilización de los antibióticos a agricultores y propietarios de animales.

Se estima que el 60% de los agentes patógenos peligrosos para el hombre son de origen animal, esto significa que hombres y animales tienen en común bacterias patógenas. Es por ello, que es indispensable combatirlas tanto en el hombre como en los animales (One Health) y prevenirlas a nivel nacional, regional y mundial.

Para reducir la aparición de RAM, es indispensable acordar de manera mundial e intersectorial las estrategias y medidas para coordinar mejor las políticas de la salud pública, la sanidad animal y el medioambiente.

La profesión veterinaria, tanto en su vertiente pública como en la privada, tiene una función crucial ante la resistencia a los antimicrobianos, sobre todo en cuanto a supervisión de la prescripción y la aplicación de estos productos.

Otros factores – Acción coordinada

Algunos otros factores como la mala supervisión de los medicamentos, que permite que los pacientes queden expuestos a concentraciones subóptimas de antimicrobianos. La falta de acceso a estos medicamentos que conlleva a los pacientes a tomar tratamientos incompletos o a buscar alternativas, la automedicación por la venta libre sin receta médica de estos compuestos, etc. Son todos elementos que de una u otra forma contribuyen a el establecimiento de microorganismos fármaco resistentes.

La prevención y el control de las infecciones hospitalarias son fundamentales, pues es allí donde se encuentran los principales reservorios de microorganismos resistentes, esto conjuntamente al desarrollo de mejores sistemas de vigilancia y el nuevo desarrollo de medicamentos, son elementos claves para el control de RAM.

Ahora es necesario que los países se comprometan a invertir a escala nacional para aplicar las estrategias internacionales dictadas por la tripartita FAO, OMS y OIE. La cooperación internacional debe permanecer activa, para garantizar la regulación de la producción, de las importaciones, de la comercialización, de la distribución y del uso de los agentes antimicrobianos a escala mundial.

La amenaza que supone la resistencia a los antimicrobianos es cada vez mayor. Es urgente la adopción de medidas, y todos debemos ser parte de ello.

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Elizabeth Minda-Aluisa